lunes, 24 de diciembre de 2012

Páginas malditas - Capítulo 1.1-Opes, est potentia

Volví a casa preocupado, de la Vega ya haría horas que se marchó y estará en alguna posada lejos de Barcelona.
Me parece raro y peligroso todo esto que esta pasando. Quien diablos le engañaría diciendo que tiene un negocio en Francia? y haciéndose pasar por mi...

Sin darme cuenta ya había llegado. Al entrar noté el cálido fuego de la chimenea.
La sala de estar era muy acogedora, estaba en el centro de la casa y no había ninguna ventana que comunicase directamente con las calles. De esta forma podía estar tranquilo sin preocuparme de los curiosos.
Tenía una pequeña mesa de madera a una distancia prudente del fuego, donde trabajaba.
Me senté, no sabía que hacer cuando de repente alguien llamó a la puerta.
Me incorporé y fui a abrir, era Roldán.

Roldán - Señor, los guardias no me hacen caso, les he intentado explicar lo sucedido pero me han dicho que dejase de molestar y que si continuaba diciendo sandeces pasaría la noche en el calabozo.
Maldita guardia, no sirven para nada. Pensé.
Abraham - Tranquilo Roldán no pasa nada, márchate a tu alcoba y preocúpate de llevar la tienda de Diego con una eficacia impecable. Ya me encargaré yo personalmente de lo demás.

Ya era de día, ipso facto me preparé y salí de casa.
El mercado poco a poco se iba desmontando.Era increíble, los sábados, la plaza rebosaba vida, en cambio, los domingos estaba todo muy tranquilo.
Al poco llegué al edificio del conde.

Me paré en la puerta principal del edificio, había 4 guardias hablando sobre la noche anterior, algo de alcohol y fulanas.
Cuando me acerqué a la entrada dejaron su importante conversación para atenderme.

Guardia - Saludos, que hace un hombre mayor tan pronto por aquí?
Abraham - Trabajar, muchos deberían aprender.
-Risas de fondo-
Guardia - Entiendo, imagino que querrás ver al Conde no? pasa y espera

Llegué a una sala enorme, llena de cuadros y de adornos de oro y plata, las columnas estaban talladas con escenas de la Biblia Cristiana, el despilfarro era evidente.
Después de una larga espera era mi turno.



Vi al conde sentado de forma despreocupada, su cara me decía que el día de hoy era tranquilo y lo seguiría siendo. Mientras me acercaba a el vi que la decoración de la sala donde el conde trabajaba no era tan llamativa como el resto del edificio. Todo era simple y elegante, muebles de madera, una chimenea de piedra, decorada por un colección envidiable de diferentes tipos de plumas. Cada una de un ave diferente.
Me senté dispuesto a pedir ayuda.

Abraham – Buenos días tenga señor Conde.
Conde – Buenos días, por favor, sea rápido, tengo mucho trabajo.
Le expliqué lo sucedido con una preocupación evidente.
Conde – Te voy a ser sincero.

Miré con atención la boca del conde, esperando una respuesta esperanzadora.

Conde – No puedo ayudarte, no me estás proporcionando información solida, solo una supuesta nota que incita a tu amigo a emprender un viaje de negocios. Lo siento pero no puedo hacer nada.
Abraham – Entiendo…gracias por su atención (mi cara era un poema). Antes de salir por la puerta me giré, y vi algo parecido a un pie que asomaba por debajo de la mesa.


Me fui sin rechistar, no se porque me imaginaba que pasaría esto así que, tendré que actuar por mi cuenta.

Me adentré en las calles de Barcelona, nada que ver con el barrio judío o el de los mercaderes por desgracia. Todo estaba sucio, el suelo desprendía un hedor insoportable y la sensación de tener mil ojos vigilando cada uno de tus pasos no era muy agradable. Había algún que otro borracho tirado en medio de la calle (no quería pensar en otra posibilidad).
Llegué a una pequeña chabola, entré sin preguntar.
Era una habitación pequeña y sucia, solo había un montón de paja en un rincón. Me acerqué a la esquina y le di una patada al montón de paja.

Desconocido - Quien es, te pagaré la semana que viene, lo juro!
Abraham -  A mi no me tienes que pagar nada, venga, levántate si quieres ganar algo de dinero.
Desconocido - Vaya que sorpresa, no te esperaba por aquí, perdón por el recibimiento, tengo problemas de dinero, perdí todo en la taberna y...
Abraham - Nunca cambiarás! Tengo un trabajo para ti, tienes que ir ahora mismo hacia el norte, si eres rápido encontraras a un hombre viajando a carro. No le quites ojo. Cualquier cosa que veas ya sabes como hacérmelo saber.
Desconocido - Por supuesto, me marcho ahora mismo!
Abraham - Espera idiota, toma el pago, donde creías que ibas a ir sin un solo croat?

2 comentarios:

  1. Solo una cosa....
    Este cambio de primera persona me lia un poco.
    Antes el narrador era Diego de la Vega y ahora Abraham...

    Pero esta muy entretenida.

    Felicidades!!

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    Respuestas
    1. Muchas gracias Alex! me hace especial ilusión que hayas leído parte del blog y te guste! :D

      Bueno, en esta publicación Abraham es el "protagonista" porque quería dar un poco de descanso a la trama principal y, de paso, dar a entender que Diego de la Vega había sido engañado para partir, ya que Abraham no le escribió aquella nota diciendo que fuese a Burdeos.

      Pero tranquilo, pocos cambios de protagonista tendremos a lo largo de la historia.

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