domingo, 10 de marzo de 2013

Páginas malditas - Capítulo 2.3- Scutum

En un periodo muy corto de tiempo había pasado de ser victima de una emboscada a viajar con un completo desconocido que no se si quiere algo de mi o simplemente pasaba por allí.

Le miraba de reojo mientras avanzábamos por el irregular camino.

Osea que tu eres un cazador que pasaba por allí justo cuando me atacaron no? -Pregunté intentando averiguar algo-

Pues sí. Como he dicho, vivo en Barcelona pero aparte tengo una pequeña caseta perdida por la montaña la cual uso para cazar, limpiar pieles y hacer los preparados para así venderlos en el mercado para sacarme algo para poder comer - dijo Telmo-

Eso justificaría la impecable puntería...pero a santo de que me ayuda? si solo es un maldito cazador...-pensé mientras yo mismo quería convencerme de que era de fiar-

Venga vamos, no tengo nada que me ate aquí! y de niño siempre soñé con ser un héroe Déjame intentar cumplir mi sueño. Te prometo que no seré un lastre para ti y además, te he salvado la vida! a caso no significa nada para ti? al menos unas pintas gratis en la próxima taberna - dijo Telmo jubiloso -

Asentí algo más confiado y continué al tanto del camino mientras mi nuevo compañero dormía entra la paja.

Pasaron las horas tranquilamente. Por suerte no paso nada extraño por el camino. Nos encontramos con unos guardias que nos preguntaron si sabíamos algo de un asesinato en la carretera pero obviamente dijimos que no habíamos visto nada en lo que llevaba de día.

Pasamos algunos días durmiendo en posadas de camino y avanzando sin más dilación. A veces aún soñaba con ese "personaje tenebroso" pero la pesadilla insufrible no se volvió a repetir. Además Telmo me despertaba siempre que me veía inquieto o sudaba. Se portaba muy bien conmigo.

En la lejanía se distinguía una torre enorme que, a modo de puerta, conectaba con Besalú a través de un puente.

Personalmente me gustaba mucho ese pueblo. Sus gentes eran muy agradables y se comía muy bien. Hacía poco que se había empezado a construir el Hospital de san Julián.
El puente impresionaba muchísimo. La estructura era titánica y daba algo de pavor pasar por la construcción.
Se notaba que el invierno llegaba a su fin ya que el agua derretida de las montañas llenaba el río generosamente.

Bueno , ya hemos llegado a un sitio algo decente. Estaba cansado de pasar las noches en posadas sucias y con sobras para la cena. Seguro que aquí estamos mejor durante un par de días.

-Vamos Diego, no seas tan gruñón. Todo tiene su encanto. Yo estoy acostumbrado a dormir en el suelo y comer cosas peores que las sobras de una posada por lo que me cuesta algo entenderte - Telmo cerró la conversación con una carcajada -

No hay comentarios:

Publicar un comentario